Las delicias de Orión

Esta es otra de las recetas más deliciosas de mi yaya. El secreto, ese horneado que crea una costra crujiente de salsa de tomate y carne sobre los macarrones y que da a este plato un toque original y diferente.  Una de las cosas más especiales, para mí, de esta receta es su olor…, es sentirlo y vuelvo a ser una niña pequeña en la cocina de mi yaya, sentada en un taburete, observándola cocinar y mirando “ojitos” los macarrones en el horno.

Muchas veces los postres más ricos son los más sencillos y las manzanas asadas no son una excepción. Además, podemos cocinarlas tanto en horno como en microondas, de forma rápida e incluso mientras tomamos los platos principales de nuestra comida, para terminarla con un delicioso postre recién hecho y calentito.

Esta “receta de aprovechamiento” es uno de los primeros recuerdos culinarios de mi infancia. Este pequeño invento de mi madre era una de mis “cenas especiales” preferidas y aún hoy, sigo estando convencida de que cortado en 4 triángulos sabe muchísimo mejor que de cualquier otra manera.

Este plato sano y sencillo resulta muchísimo más sencillo de preparar de lo que parece y nos permitirá tener una cena deliciosa preparada en 20 minutos. Además, esta preparación de la coliflor resulta más fresca y ligera de lo que parece, gracias a las especias.

Esta receta es uno de los grandes clásicos de mi abuela paterna. Rápida, sencilla y realmente deliciosa, sólo necesita unas patatas fritas cortadas en cubitos para ser la comida perfecta.

El nombre de la receta se lo debemos a mi hermano, pues es uno de sus platos favoritos desde que era muy, muy pequeño y cuando nos decía que tenía antojo de este plato siempre lo llamaba “carne naranja”, por el color de la salsa. Esta receta es un clásico de mi yaya que, primero mi madre y luego yo, hemos ido retocando a nuestro gusto, pero que en cualquiera de sus tres versiones está realmente delicioso. En la receta original de mi yaya no se añade curry y la salsa se tritura con un pasapurés, mi madre cambió el triturado de la salsa y empezó a usar la batidora para que quedase una salsa más fina y homogénea y yo añadí el curry por el toque que da al sabor del plato.

Puede parecer un sacrilegio, pero esta receta surgió una noche que preparamos hummus y a última hora nos dimos cuenta de que no teníamos ni tahini ni sésamo ni nada... y al final el resultado nos gustó incluso más que cuando lo lleva (podéis odiarnos, sí).