Pastel de pescado
Esta
receta es uno de los grandes clásicos de la cocina de mi madre y me ha
acompañado desde mi infancia.
Es
tan sencillo de preparar y tiene un resultado tan agradecido, que es también un
plato perfecto para las ocasiones especiales: una ensalada de escarola, unas patatas
al vapor y alioli casero al gusto, y tenemos lista la cena perfecta. Además, es
una forma más “seductora” para que los niños coman pescado, aun cuando no les
guste demasiado, no sin quejarse, sino con gusto.
Ingredientes
para 4 personas:
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1 kg de colas de
merluza o pescadilla.
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500 g de gambas.
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Un paquete de surimi.
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Media cebolla.
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Cinco huevos.
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Sal y pimienta.
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Una hoja de laurel.
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Pan rallado.
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Aceite de oliva.
Procedimiento:
Calentamos
a fuego medio una porcelana con agua, un poco de sal, media cebolla en gajos y
una hoja de laurel. Cuando rompa a hervir, añadimos las colas de pescado y las
gambas y cocemos durante 15-20 minutos, hasta que estén listas.
Sacamos
el pescado y las gambas del agua y dejamos enfriar. Al mismo tiempo, ponemos a
descongelar el surimi.
Quitamos
la piel y las espinas del pescado cuidadosamente, al tiempo que lo desmigamos
en un bol. Pelamos las gambas y las picamos en el mismo bol que el pescado.
Asimismo, picamos finamente el surimi.
Mezclamos
el contenido del bol. En un bol aparte y algo más grande, cascamos y batimos
los huevos. Salpimentamos. Incorporamos el “picadillo” de pescado y mezclamos
hasta obtener una masa ligeramente densa y homogénea.
Precalentamos
el horno a 200ºC.
Barnizamos
con aceite un molde para horno y esparcimos un poco de pan rallado,
asegurándonos de que se adhiera a todas partes. Disponemos la mezcla en el bol,
moviéndolo ligeramente para que se asiente.
Llenamos
una fuente de horno de agua hasta la mitad e introducimos el molde en su
interior. Horneamos durante 30 minutos al baño maría, con calor arriba y abajo.
A partir de ese momento, controlamos el estado de cocción introduciendo un
palillo en el pastel cada cinco minutos hasta que este salga limpio, momento en
el que estará listo.
Sacamos
del horno y dejamos enfriar. Cuando esté a temperatura ambiente, desmoldamos y
presentamos en una fuente.
Nota:
Una buena forma de aprovechar el agua de cocción del pescado es emplearla para
hacer sopa: la colamos, le añadimos un par de cucharadas soperas de salsa de
tomate y una cucharada de café de colorante, unas cuantas gambas peladas y un
puñado de pasta para sopa por cada dos cazos de caldo y ¡listo!
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