Las delicias de Orión

Este guiso es otra de las recetas estrella de mi madre y una de nuestras favoritas desde que éramos pequeños. Muy rápido y sencillo de hacer, en sólo media hora podemos tener un plato calentito y delicioso preparado.

Esta receta es uno de los grandes clásicos de la cocina de mi madre y me ha acompañado desde mi infancia.  Es tan sencillo de preparar y tiene un resultado tan agradecido, que es también un plato perfecto para las ocasiones especiales: una ensalada de escarola, unas patatas al vapor y alioli casero al gusto, y tenemos lista la cena perfecta. Además, es una forma más “seductora” para que los niños coman pescado, aun cuando no les guste demasiado, no sin quejarse, sino con gusto.

Si quieres sorprender con un plato delicioso y especial, pero no quieres pasarte medio día en la cocina, esta es tu receta, pues este pollo relleno parece muchísimo más elaborado de lo que es y podrás tenerlo listo en poco más de una hora.

El rabo de ternera estofado es uno de esos platos que lleva toda la vida en el recetario de mi familia y al que cada uno le damos nuestro toque personal. Esta receta es la mía y tiene como protagonista uno de mis ingredientes preferidos: el tomate. Las distintas texturas, en combinación con la densidad de la salsa y los distintos sabores hacen de este plato una auténtica delicia que no solo resulta cómoda y práctica de realizar, sino que es perfecta tanto para una comida de diario que preparar con antelación, como para una ocasión especial acompañada de un buen vino. 

Este plato de inspiración asiática es una opción sana y ligera para esas veces en que queremos darle a nuestra comida un toque original. Además, los noodles de verduras aportan frescura y un toque de color al plato.

Esta es una de mis recetas más especiales, ya que es una de las primeras que me inventé y con la que empecé a experimentar con las combinaciones de sabores. Además es una de las preferidas de mi hermano, que siempre se lleva una alegría cuando la ve la receta en el menú. Uno de los puntos fuertes que tiene esta receta no es solo lo rápida y sencilla de preparar que es, sino lo ligera que resulta, gracias a la combinación de sabores y texturas.

Este plato es un clásico de la cocina criolla y un plato obligatorio en cualquier visita a Nueva Orleans. Si algo caracteriza a la cocina criolla es el uso de las especias y, en especial, del picante. Eso sí, nuestra versión de la jambalaya está “adulterada” para que no pique o, al menos, no en exceso, al sustituir la tradicional andouille francesa por las longanizas criollas, de sabor más suave, para amoldarla al punto medio de picante que toleran los estómagos de mi familia.

Esta es una versión sencilla y casera del “chop suey” de gambas, uno de los platos preferidos de mi madre y un plato fijo cada vez que pedimos comida china en casa.  Se trata de una receta simple que admite tantas verduras como queramos añadirle: tirabeques, mini mazorcas de maíz, bambú, setas variadas… lo que más os guste.

Este clásico de mi madre no solo es una receta deliciosa, sino que es realmente rápida de preparar y perfecta para realizar con antelación y dar un golpe de calor en la olla en el momento en que queramos comenzar a comer.

Una de las grandes ventajas del arroz es su versatilidad, lo que nos permite combinarlo en platos de lo más variado y con los ingredientes más dispares. En este caso, lo hemos combinado con fruta, frutos secos y un aliño de miel y naranja, con una combinación de sabores y texturas de lo más deliciosa.

Nunca he sido demasiado fan de la tortilla de patata… esta buena, si, pero se me acaba haciendo pesada y algo monótona de comer. Para mí, la tortilla de calabacín se ha convertido en el sustituto perfecto: no sólo resulta de lo más ligera, sino que además está realmente deliciosa. Da igual que la prepares como segundo plato o aperitivo, el éxito está asegurado.

Esta receta es uno de los grandes clásicos de la cocina de mi madre. Es muy sencilla de preparar, aunque es cierto que requiere que pasemos al menos un par de horas en la cocina, pero el resultado hace que todo merezca la pena.  Es con diferencia uno de mis platos preferidos del recetario familiar y una de mis elecciones estrella cuando quiero cocinar uno de esos platos que “saben a infancia”.

Una receta rica, sana y que, además, nos ofrece muchas posibilidades en cuanto a su presentación, pudiendo ser desde un plato único “de diario” a un complemento para un picnic o un entrante ligero para un evento especial.

La marinada de esta receta de inspiración griega es una delicia y el auténtico secreto de la preparación, impregnándolo todo de un sabor fresco y delicioso que combina a la perfección con el tzaziki. El remate final, acompañarlo con un delicioso pan de pita caliente.

En muchas casas el plato típico de un domingo a mediodía es la paella… en mi casa vamos de originales y lo es la fideua. Da igual que hagas una versión más elaborada como la de la receta o una express utilizando un paquete de preparado para paella y dos briks de caldo, la realidad es que al final queda un plato delicioso del que puedes repetir hasta hartarte y disfrutar en compañía.

Algunas de las recetas que más éxito suelen tener cuando las preparo son los dulces de chocolate. Siempre me han encantado, pero hasta hace un par de años no me había planteado el preparar mis favoritos yo misma y la verdad es que siento no haberlo hecho antes. El resultado de estos bombones es realmente delicioso, con un contraste importante entre el amargor del chocolate y el dulce de la leche condensada, con el toque de personalidad que le da el coco… no podréis comer sólo uno.

Esta es una variante de la receta original, ya que cambiamos la masa de tipo pan por masa de hojaldre. En este caso, el motivo del cambio es que nos resulta más ligera con el hojaldre, pero con la masa original resultaría igual de deliciosa. Lo bueno de la coca es que es una receta muy versátil que admite tantas variaciones como queramos incluirle, en especial cuando no nos gustan todas las verduras o si preferimos darle un toque diferente con unas anchoas.

Todo el que me conoce sabe que el arroz y la pasta son dos de mis ingredientes preferidos a la hora de cocinar, por lo que siempre estoy buscando nuevas ideas y recetas con las que innovar en el repertorio. Lo que más me gusta de esta receta, es que, aunque no lo parezca, resulta muy ligera. Además, la combinación de los distintos sabores y texturas de las verduras y la forma en que el arroz absorbe todo el sabor hacen que sea un plato realmente delicioso.

Si hay una palabra para definir el sabor de estas empanadillas esa es “infancia”. Fueron las primeras que probé y también una de las primeras recetas que aprendí a preparar de niña. No solo son un plato perfecto para cocinar con niños (salvo por el momento del horno y un breve empleo del cuchillo, su preparación es segura y sencilla), sino uno perfecto para un día de picnic, para lo que se han convertido en mi receta estrella.

Si hay un plato que no puede faltar en nuestra nevera los meses de verano, ese es el gazpacho. Da igual que prefieras tomarlo como entrante, como primer plato, como postre o un buen vaso como picoteo de media mañana, resulta tan ligero y refrescante que siempre apetece. En cada familia hay una receta, unos lo hacen con pan, otros sin él, unos prefieren usar tomates de ensalada maduros y otros tomates kumato… hay tantas recetas como personas que lo preparan y aquí os quiero dejar la que me lleva acompañando desde la infancia, al principio en vasitos de café cortado y ahora en cuencos de tres cazos con un montón de pepino picado por encima, y que espero que os guste y disfrutéis tanto como yo.

Ya sea como entrante, primer plato o guarnición, esta riquísima ensalada siempre es un acierto. Además, resulta muy cómodo y práctico poder dejar los ingredientes listos con antelación y que solo sea necesario invertir cinco minutos en preparar la ensalada cuando queramos comerla. Un truco si queremos utilizar los pimientos más adelante y que se conserven unos días es guardarlos ya en tiras en un bote de cristal con un par de dientes de ajo partidos por la mitad y cubrirlos con aceite de oliva.

Este paté y su “receta hermana" son el aperitivo estrella de mi hermano. Esta versión posee un delicioso y suave sabor dulce, potenciado por el orégano, y combina tanto con panes y tostas como con crudités de verduras. En caliente es, además, una perfecta opción como guarnición para carnes blancas y pescados a la plancha.

Este paté y su “receta hermana” son el aperitivo estrella de mi hermano. Esta versión posee una intensidad de sabor que contrasta con el dulzor de la zanahoria, creando un sabor original y delicioso y combina tanto con panes y tostas como con crudités de verduras. En caliente es, además, una perfecta opción como guarnición para carnes blancas y pescados a la plancha.

Llevaba bastante tiempo queriendo preparar un arroz caldoso aunque, la verdad, el punto del arroz se me suele resistir un poco y le tenía algo de miedo al arroz bomba, pero he descubierto que es uno de los arroces más sencillos y agradecidos de cocinar en su punto justo. A nivel general, se trata de un plato elaborado que requiere su tiempo, pero los resultados merecen la pena el tiempo y el esfuerzo. Una buena copa de vino blanco y tendremos la comida perfecta. Además, otra de las ventajas de la receta es que es lo suficientemente flexible como para ajustar sus ingredientes a todos los bolsillos sin que haya grandes diferencias en el resultado.

Esta salsa es un clásico de la cocina griega. Ya la utilicemos como entrante acompañada de pan de pita, como salsa/guarnición para una carne estilo souvlaki o no podamos resistirnos y nos la comamos a cucharadas (esa soy yo) resulta un plato de lo más ligero y delicioso, que aportará un toque fresco y diferente a nuestras comidas.

Esta receta es una auténtica delicia y, definitivamente, uno de mis entrantes favoritos, por lo que era inevitable que acabase recreándola en casa. Curiosamente, los resultados de esta receta son extremadamente parecidos a los que podemos encontrar en el restaurante, convirtiéndola en una versión muy acertada.

Si solo pudiera pedir un plato en un restaurante turco, definitivamente sería este… no solo está delicioso, sino que puedes comerlo una y otra vez y no te llenas ni te cansas. Delicioso y sano, le podremos dar el toque definitivo acompañándolo de pan de pita caliente.

Esta receta comenzó, como tantas otras de este blog, siendo una cena socorrida un día en el que, por unas cosas o por otras, hubo que improvisar a última hora. Su primera versión fue con ingredientes envasados, pero la versión con ingredientes frescos y caseros está aún más rica y no resulta mucho más larga o compleja de preparar.

Este entrante es uno de mis platos favoritos para una cena de picoteo. No solo es muy sencillo y rápido de preparar, sino que el contraste de la salsa fría y cremosa con el crujiente del rebozado resulta de lo más delicioso, lo que lo convierte en un plato extremadamente agradecido de realizar.

Esta ensalada fue un experimento en toda regla, en especial porque nunca había preparado algunos de sus componentes.  Entre unas cosas y otras, es cierto que requiere bastante tiempo de preparación previa, pero lo cierto es que todos los ingredientes, con sus diversas texturas y sabores, se complementan tan bien que el resultado es extraordinario.

Esta es una de las recetas favoritas de mi familia, en especial de mi hermano. La descubrimos hace más de una década en uno de nuestros restaurantes favoritos y se ha convertido en plato obligatorio cada vez que vamos. La clave de esta receta es la salsa, por supuesto: la combinación de ingredientes dulces, salados, picantes, con un toque ahumado… hacen que tenga un sabor complejo y realmente delicioso.

Esta es la primera receta que cociné con tofu y el consejo que me dieron es totalmente cierto: “la mayor parte del sabor del tofu depende de con qué lo maceres o lo cocines”. Al natural, el tofu tiene un sabor muy neutro (a mi me recuerda al queso fresco), por lo que ofrece una gran versatilidad a la hora de cocinarlo, pues se impregna de todos los demás sabores.

Una forma algo distinta de preparar verduras al horno que no solo resulta deliciosa, sino también muy ligera, por lo que podemos servirla tanto como guarnición, como plato único.

La primera vez que fui a comprar esta salsa envasada se me ocurrió la feliz idea de mirar los ingredientes*, una costumbre que tengo cada vez que compro cualquier cosa que no sea fresca, y al ver la cantidad de glutamatos varios y otros aditivos que contenía, salí espantada y decidí que, aunque no me quedara igual, era mejor idea aprender a hacerla casera.  Aquí os dejo mi versión de esta salsa que, al final, tuvo un más que digno resultado. Espero que la disfrutéis. *algo que debemos hacer siempre que compramos cualquier producto que no sea fresco, pues es fundamental saber qué es exactamente lo que nos estamos comiendo y valorar si merece la pena hacerlo o buscar un sustituto más saludable.

Esta salsa es un auténtico icono de nuestro recetario familiar y se ha convertido en uno de los platos estrella de las cenas familiares. Combina bien con pan de cebolla, “colines”, “regañás” e incluso con patatas fritas, y como base para un relleno de volovanes o tartaletas, aunque el principal uso que le damos en mi casa es algo distinto… porque resulta ser un complemento perfecto para mojar los bordes de la pizza.

Estas tortitas llevan en mi vida casi tanto tiempo como mi pareja y las probé por primera vez la mañana de mi primer cumpleaños juntos, cuando me las llevó por sorpresa a la cama. Más allá de lo romántico del momento, las tortitas eran las más ricas que había probado en mi vida y no tiene pinta de que nunca vayan a dejar de serlo. Una de las cosas que más me gusta de esta receta es lo ligeras y nada empalagosas que quedan las tortitas. Da igual cuantas te hayas comido, siempre parece que queda hueco para alguna más.

Creo que no me equivoco si digo que este es mi salteado de verduras favorito, con diferencia.  Siempre me han encantado las espinacas, pero el contraste con el dulzor de la manzana y las pasas hace que estén incluso más ricas. Además, es una forma perfecta de presentarle las espinacas a cualquiera que no disfrute demasiado de las verduras, da igual que sea un adulto o un niño.

La versión casera de una de mis recetas de pasta favoritas, el cambio de la pasta por verdura la convierte en una opción perfecta para personas diabéticas, celiacas o que, por el motivo que sea, busquen una receta ligera y baja en carbohidratos. Y más allá de eso, la combinación de sabores de la salsa es una auténtica delicia, para que nos vamos a engañar.

Podríamos decir que esta es una ensalada milagro… con ella conseguí que mi pareja comiera queso azul de alguna forma en que no estuviera rebajado con nata o algo similar. Bromas aparte, lo cierto es que el contraste de dulce, salado y amargo que proporciona esta ensalada resulta de lo más estimulante y la convierte en una guarnición perfecta para carnes y pescados o en un plato principal que seguro disfrutaremos.

Los ingredientes no engañan, esta es una hamburguesa contundente donde las haya.  Normalmente mi forma de macerar la carne es de lo más simple y sencilla: ajo, perejil, huevo y pan rallado, pero con esta receta decidí probar algo un poco diferente y lo cierto es que el resultado fue todo un acierto. El encontrar esos pequeños “tropezones” de piñones y cebolla caramelizada a cada bocado, combinados con el toque salado de la salsa hacen que el único defecto que le encuentres a la hamburguesa sea que se acabe.

Esta ensalada ha sido durante mucho tiempo uno de los entrantes estrella en las cenas familiares, pero me gusta tanto que se ha acabado convirtiendo en una de las ensaladas que más preparo en el día a día.  No solo es una receta fácil y rápida, sino muy agradecida, con una combinación de sabores que conquista desde el primer bocado. 

Aún recuerdo la primera vez que probé el cous cous, durante un viaje de fin de curso en el que hicimos una parada de un día en Marruecos… fue un auténtico flechazo culinario. He tardado bastantes años en atreverme a prepararlo yo, o al menos una versión, al principio por no estar segura de cómo se prepararía y después por miedo a hacer un plato desastroso, pero después de mucho pensar en combinaciones de sabores, colores y texturas, va a sonar muy egomaníaco, pero he de decir que estoy bastante orgullosa del resultado. Espero que disfrutéis este plato tanto como yo he disfrutado su creación.

Perfectos para el verano, esta versión diferente de unos tacos ofrece un plato fresco y ligero lleno de sabores y texturas.  Además, su rápida preparación lo convierte en una opción perfecta para las cenas, permitiéndonos apurar más el tiempo antes de ponernos a cocinar.

Si soy sincera, este plato es un imprescindible de todas y cada una de mis visitas a un wok. Podré variar las verduras y elegir mis favoritas de entre las opciones, pero los fideos de arroz y la salsa teriyaki son intocables.  Este plato fue un descubrimiento accidental que surgió como comida socorrida y acabó remodelado y siendo una de mis recetas preferidas. Los distintos contrastes de sabores y texturas que aportan las diversas verduras, potenciados por la salsa, convierten el plato en una opción sabrosa y sana para cualquier comida.

Esta receta es una versión bastante aproximada de uno de mis platos favoritos de la cocina tailandesa: el pollo satay.  Una de las cosas que más me gusta de la comida asiática, en especial de la del sur del continente, es su amor por los marinados y las especias… no importa el plato, siempre encontraras una mezcla de sabores sorprendente y exquisita, que te hará querer seguir disfrutando de su gastronomía.

Una de mis meriendas de verano preferidas son los batidos y zumos de fruta recién hechos. Ya sea en batidora, exprimidor o licuadora, son opciones sanas y deliciosas para refrescarnos un poco en las tardes de verano, además de ofrecer una forma diferente de tomar fruta para aquellos a los que no acaba de gustarles.

Esta receta está inspirada en uno de los postres de mi crepería favorita. Fresca, ligera y con la combinación de acidez y dulzor de los distintos ingredientes, no solo puede ser el broche perfecto para una comida, sino un desayuno diferente con el que cargar las pilas para el día a día.

Probé la salsa alla Norma por primera vez en un restaurante y no terminaba de atreverme a intentar imitarla, pero ha acabado resultando ser no solo una forma rápida y muy sencilla de variar en nuestro recetario de pasta, sino un auténtico éxito cada vez que la he preparado para alguien.

Cocinadas lentamente y con una guarnición sencilla, la textura de la carne y el sabor que aporta la salsa son los grandes protagonistas del plato, convirtiéndolo en una de esas recetas que te dice “cómeme” a gritos. Que no es lo más sano del mundo… pues también, para qué nos vamos a engañar, pero desde luego es una opción perfecta para cometer un (no tan) pequeño exceso.

¿Quién dijo que las ensaladas son aburridas? En este caso, los ingredientes no solo dan juego en cuanto a la originalidad de la presentación, sino que la combinación del dulzor de las frutas, el toque salado de los gambones, la acidez de la lima y la “personalidad” del cilantro, convierten esta ensalada en una explosión de sabores y en una opción fresca y deliciosa para las cenas de verano.

Para mí, uno de los grandes descubrimientos de los últimos años. No solo aportan sabor y textura al plato, sino que se pueden incorporar a gran variedad de recetas. Además, podemos emplear el aceite en que los hemos preparado no solo para conservarlo, sino para aromatizar otros platos y aliños. Es en esta versatilidad donde reside gran parte de su atractivo (obviando que están deliciosos), pues pueden ser desde los protagonistas del plato a ese ingrediente secundario que, como el mejor actor de reparto, consigue hacer que todo el conjunto brille aún más, ofreciéndonos una interpretación, o en este caso un plato, inmejorable.

Este plato es una revisión del salmorejo cordobés. Perfecto como entrante frío, la burrata y el pesto aportan un aire original y fresco a un plato delicioso en todos sus formatos. Aunque si no nos convence, ¿quién le hace ascos a un salmorejo con jamón y huevo cocido picados?

Rápida y sencilla de realizar, la confitura de tomate no solo nos servirá para darle un toque diferente a nuestras tostadas mañaneras, sino que combinará perfectamente con quesos, patés e incluso en tostas saladas y ensaladas, aportando un plus de originalidad a nuestros platos.

El origen de esta receta está en algo tan típico como que lo que tenías pensado cocinar no se te descongele a tiempo y tengas que improvisar sobre la marcha. Un bote de pimientos del piquillo y unos botes o una bandeja de champiñones pueden hacerte un sorprendente apaño y acabar convertidos en una comida deliciosa en menos de media hora.

Estos burritos surgieron de la mezcla accidental de otras dos recetas… y el resultado no podría haber sido mejor.  Sanos, ricos y personalizables al gusto, son un plato perfecto para compartir acompañado de una película un sábado por la noche.

Para mí, más que la receta de una salsa de tomate, esta es la receta de LA salsa de tomate, esa salsa que mejora cualquier plato en que la emplees y que queda bien en pastas, sofritos, guisos… y hasta mojando pan a escondidas para que no te pillen (te quiero, papá).  Una receta muy sencilla de hacer y de bajo coste, que resulta de lo más versátil.

Este es uno de esos platos con historia… en algunos tramos, parecida al teléfono escacharrado. Descubrí esta receta comiendo en casa de mis tíos, y ellos la conocieron por casualidad a través de una amiga, y todos le hemos ido añadiendo nuestro toque personal. Para mí, fue la primera “comida sorpresa” que cociné para mi pareja y, aunque pasen los años, sigue siendo una de sus recetas favoritas y a la que más cariño le tiene, lo que la ha convertido en un clásico en nuestra cocina.

La verdad es que la ensaladilla nunca ha estado entre mis platos favoritos, hasta que descubrí esta receta.    El tiempo que es necesario invertir en su preparación se compensa con creces con el resultado, ofreciéndonos un plato fresco y, aunque pueda no parecerlo, ligero, que funcionará tanto como entrante como siendo plato único.

Aquí está una de las recetas estrella de mi abuela: su deliciosa versión de las albóndigas a la jardinera. Lo bastante contundentes como para ser un plato único, pero lo bastante ligeras como para que repetir sea tentador, requieren bastante tiempo de preparación, algo que merece la pena cuando las probamos y vemos que son una auténtica delicia.

Esta tarta es todo un clásico de la cocina estadounidense. Al contrario de lo que pueda parecer, su elaboración es muy rápida y sencilla y, al no ser necesario dejar que se enfríe para comerla, también una opción muy cómoda cuando queremos preparar un postre de última hora para algún evento especial.

Perfecto para el verano, puede tomarse en cualquier momento del día, aunque siempre es una buena opción como postre, en especial para los niños, pues es una forma fresca, original y sana de tomar fruta.

El contraste de los distintos frutos rojos, con sus diferentes dulzores, y el toque salado del queso de cabra crean un contraste de sabores de lo más delicioso. Una ensalada con un toque diferente y de lo más simple de preparar. Además, podemos prepararla todo el año, ya que en la mayoría de los supermercados los frutos rojos han dejado de ser frutas de temporada y, si alguno no está disponible, en la sección de productos ultracongelados podemos encontrar una importante variedad e incluso algún envase con la mezcla ya realizada. Ingredientes para 4 personas: -      700 g de mezcla de lechugas. -    200 g de frutos rojos al gusto (fresas, frambuesas, arándanos, grosellas, moras…). -      Un mango pequeño. - 150 g de queso de cabra “desmigado” (recomiendo el que viene en medallones pues, al ser más fresco, se desmenuza con mayor facilidad). -     Aceite de oliva. -     Sal de mesa. -   ...

Hola a todos: Me llamo Laura, soy de Madrid y desde muy pequeña me ha apasionado la cocina, en especial esas recetas con un toque casero, de las que te recuerdan a tu infancia y a las comidas familiares en casa de la abuela.